Estrits de cuina de llautó amb decoracions.
“Llegué a Barcelona en el 63, vine de Torrelacarcel un pueblo de Aragón. Vine a trabajar. Tenía 23 años. Mis padres habían muerto unos años antes y me había quedado con unos tíos pero había llegado el momento de mantenerme por mi misma y en el pueblo no había trabajo. Así que me vine a Barcelona a servir. En la estación, a punto ya de salir el tren, mi tía me dio un atillo y me dijo que eran algunas “cosicas” pa ir haciendo el ajuar. En ese momento no lo abrí, pero ya en el tren deshice el paquete. Habían unos cubierto de alpaca y dos sábanas bordadas. Todo se quedó sin usar, guardado en una caja. Al llegar a Barcelona empecé enseguida a trabajar en un taller de costura. En cuanto me eché novio empecé a comprar mi propio ajuar, con tejidos más modernos, con estampados de colores y cubiertos que no se ponían negros ni se oxidaban. Creo que en el fondo yo ya era otra persona y no quería nada de la de antes. Quería olvidar la infancia triste y de miseria que había tenido.”